Es un trastorno doloroso unilateral que se caracteriza por episodios de dolor breves e intensos, en forma de latigazo eléctrico de comienzo y finalización bruscas que se localizan en el oído, base de la lengua, fosa amigdalina o por debajo del ángulo de la mandíbula. Puede aparecer al tragar, hablar, toser, bostezar, estornudar, aclararse la garganta y aparecer y desaparecer de forma parecida a la neuralgia del trigémino.
El objetivo del tratamiento es controlar el dolor. Lamentablemente, los analgésicos de venta libre, como la aspirina o el acetaminofén (paracetamol), no son muy efectivos para aliviar la neuralgia. Los medicamentos más efectivos son realmente los anticonvulsivos, como carbamazepina (Tegretol), gabapentina y fenitoína. Algunos antidepresivos, como la amitriptilina, se utilizan algunas veces con variables grados de éxito. En casos graves, cuando el dolor es difícil de tratar, se puede requerir una cirugía orientada a la descompresión del nervio glosofaríngeo, la cual generalmente se considera efectiva. En caso de identificarse la neuralgia, el tratamiento por el que se debe optar es el control del problema subyacente. El tratamiento mediante Radiofrecuencia Pulsada del Nervio Glosofaríngeo se emplea en casos en que han fracasado todos los tratamientos farmacológicos. Se lleva a cabo insertando una pequeña cánula de Radiofrecuencia en la región lateral del cuello, detrás del oído, hasta contactar con el nervio glosofaríngeo. Tras ello se aplica durante varios minutos corriente de radiofrecuencia de forma pulsada, a baja temperatura. Se pueden obtener buenos resultados transcurridos unos días.